Más allá del resultado vimos a un equipo azul profundo luchar, que bonito centro el de Walter Martínez y qué bien la peina de cabeza El pistolero Agustín Auzmendi.
Un 11 que manda el profesor César donde vimos a un Motagua con un juego de fútbol extraordinario un equipo que no deja de crear oportunidades que no deja de buscar el gol que le dé el alivio para empezar a ganar un partido tomando en cuenta de que nos enfrentamos a un buen equipo panameño que con manotadas de ahogado y una equivocación entre la defensa y el portero logran el empate.

Pero aquí va la idea, la visión, la ilusión, de seguir viendo a este equipo construir sueños que ellos mismos se convierten en los diseñadores y preparadores de esa mágica noche en la cual podamos ver nuevamente a Motagua campeón internacional claro que el azul profundo Motagua se preparará para viajar a Panamá y hacer el partido de su vida. La remontada que, no es la primera vez que Motagua se enfrenta a un equipo panameño y remonta un marcador de empate sigamos ilusionados creyendo alentando y fomentando el amor para que este cuerpo de jugadores estos muchachos que nos empiezan a regalar alegrías diferentes sientan que aunque estén lejos de casa siguen teniendo el respaldo de su afición

Como dice la canción ¡Yo soy Motagua señores y por eso siempre voy a estar contigo! y que ese párrafo quede grabado en el corazón y la memoria de todos los Motagüenses para que al final de cada jornada regresemos a casa felices porque tenemos un equipo que lucha, que compite, y que por sobre todo tiene la misma ilusión que nosotros los aficionados llamarnos nuevamente campeón.